Alopecias
Alopecias cicatriciales
Las alopecias cicatriciales requieren un correcto diagnóstico y el tratamiento por Dermatólogos ya que son irreversibles, así que juega mucho el papel del tiempo, cuanto antes se diagnostican mejor pronóstico tienen. Entre ellas a destacar la alopecia frontal fibrosante, más frecuente en la mujer entorno a los 40-50 años, donde se aprecia pérdida de los folículos pilosos y a consecuencia del pelo en la primera línea del cuero cabelludo, las patillas y las cejas. La piel, al no tener los folículos, se vuelve lisa y brillante, lo que puede llamar la atención. En ocasiones uno no se da cuenta ya que es de evolución lenta, o puede darse cuenta pero, por desconocimiento, modifica el peinado para disimular lo que retrasa el diagnóstico y supuesta supervivencia del pelo.
Alopecias no cicatriciales
Entre las alopecias no cicatriciales, las más frecuentes y reversibles a cierta medida, son tres las más conocidas: la alopecia androgenética, la alopecia areata y los efluvios.
Alopecia androgenética
La alopecia androgenética (AGA) no es típica de hombre como se suele pensar, frente el 80% de varones que la puede desarrollar en mayor o menor medida a lo largo de la vida, existe un 50% de mujeres, las que, de nuevo, por falta de conocimiento no percatan al principio y llegan a la consulta en fases bastante avanzadas. Es una alopecia de causas múltiples, la más importante es la hormonal, en ciertas áreas del cuero cabelludo los folículos pilosos están influenciados por las hormonas llamadas andrógenos, las que poco a poco dejan el pelo más delgado, no se pierde pero se vuelve a ser muy fino, casi imperceptible, lo que se traduce en aparente calvicie, áreas “sin pelo”. Buena noticia es que este proceso se puede enlentecer, e inclusive en cierta medida recuperar con medicamentos o restaurar con la cirugía.
Alopecia areata
La alopecia areata es un conocido desconocido. Mucha gente puede padecer a lo largo de su vida áreas totalmente sin pelo en cualquier parte del cuerpo donde haya pelo de normal. No se saben las causas exactas, por ende no se puede prevenir, se desconoce el comportamiento (cuánto durará, si volverá a crecer el pelo, cuantas áreas sin pelo tendrá el paciente…) ni tampoco existen tratamientos específicos. En la consulta trabajamos con muchos tratamientos que pueden ayudar a la mejora o recuperación de dicha alopecia.
Efluvio
Por último, el temido efluvio. Asusta más a la gente, sobre todo a las mujeres, pero que es el más “benigno”, el de la mejor respuesta al tratamiento que tiene, comparado con otras alopecias. La caída abrupta de “montones” de pelo suele aparecer unas semanas tras el estímulo negativo sobre el folículo piloso, como carencias nutricionales, estrés, cambios en el organismo como la enfermedad y/o los tratamientos agresivos o estados normales fisiológicos, p. ej. el embarazo, el parto y la lactancia,… En un principio son “escandalosos”, pero muy agradecidos a los “mimos”.